Un día, un amigo de Einstein le preguntó qué debería leer su hijo con la esperanza de convertirse en un científico brillante. Para su sorpresa, Einstein respondió: «Si quieres que tu hijo sea inteligente, léele cuentos de hadas». Si quieres que sea más inteligente, léele más cuentos de hadas. ¡La madre protestó! Pero el brillante Einstein insistió porque, según él, la imaginación creativa es el elemento intelectual esencial para cualquier científico que se precie. Ahora bien, los cuentos son los mejores estímulos para esta cualidad desde la infancia.