🤲¡Dibuja en mi espalda!
🎯 Objetivo: Un niño traza en la espalda de un compañero un motivo previamente indicado, que el otro debe adivinar después. Este juego desarrolla la percepción táctil, la representación mental tanto como el vocabulario y el dibujo.
👦🏻 Edad objetivo: 5-8 años.
⏰ Duración: 10 minutos.
Material: rotuladores y papel para dibujar.
🎯 Objetivos pedagógicos:
👉 Aprender no es solo intelectualizar: también es experimentar de manera concreta lo que se enseña. Cuanto más se vive un concepto a través de varios sentidos, más se comprende y se memoriza en profundidad. En este sentido, tocar y manipular apoyan la construcción de nociones abstractas (números, letras, conceptos geométricos).
👉 El juego «¡Dibuja en mi espalda!» retoma reglas ya conocidas: un alumno dibuja una forma, una letra o un símbolo en la espalda de un compañero, que debe adivinar qué es. El niño que preste su espalda para la ocasión podrá tener o no los ojos vendados. Dará su respuesta:
- diciendo el nombre de la forma
- o dibujando a su vez la forma que haya adivinado
👉 Transformar una sensación táctil (una presión que se desliza, una curva, una línea recta) en una imagen mental exige un esfuerzo de visualización interior. Es un entrenamiento en la representación mental.
🟢 Símbolos e instrucciones posibles:
La diversidad de las formas a dibujar depende del programa en curso. Se extiende desde las letras del alfabeto hasta los polígonos, pasando por los caracteres tipográficos.
🗣️Ejemplo: Dibuja para mí
- un triángulo ▲
- un rombo ◆
- un corazón ❤
- un sol ☀, una luna ☾ o una estrella ★
- una flecha (↑ ↓ → ←)
- una espiral 🌀
- el símbolo de Venus (♀) o el símbolo de Marte (♂)
- un arco de círculo ∩
- un símbolo matemático (+, −, ×, ÷, =)
- un signo de interrogación (?) o un signo de exclamación (!)
- @, #, &, %
- el símbolo del infinito ∞
- un pequeño dibujo estilizado (una casa, un árbol, un pez, una flor…)
etc.
🌟 Conclusión
Juego sencillo, este recurso favorece eficazmente la colaboración y la atención mutua, al mismo tiempo que hace que el aprendizaje sea motivador. Integrado en la enseñanza, contribuye a reforzar las competencias sensoriales y cognitivas indispensables para la lectura, la escritura, las matemáticas y la expresión gráfica.